cantaba en mi ventana, cada vez que la abría,
el sol lo iluminaba y comenzaba con su canto....
lleno de energía, era tanta su felicidad por cantar ...
QUE LA CONTAGIABA A TODOS LOS QUE PODÍAMOS ESCUCHARLO.
PERO UN DÍA.... nadie sabe ni por qué, ni cómo, ni cuándo, se fue.
- ¿ A dónde habrá ido?
Todos los que lo conocíamos ,y disfrutábamos de su canto, lo extrañábamos.
Nada era lo mismo sin el...
SE AÑORABA TANTO SU TRINAR QUE LAS MAÑANAS PARECÍAN SÓRDIDAS,
LLENAS DE OSCURIDAD. TODOS COMENZAMOS A BUSCARLO....
Lo buscábamos por aquí, lo buscábamos por allá, pero... un sonido muy lejano nos distrajo , y entonces....
se escuchó truenos y fuertes relámpagos, se venía una tormenta, el viento soplaba con mucha fuerza y.... los árboles temblaban de miedo, los animalitos corrían desesperados, los pájaros... se escondieron en sus nidos con la esperanza que la tormenta pase rápido para seguir buscando a su amigo...
Pero ¿qué se puede hacer cuándo
estamos buscando a un amigo y algo nos detiene? ¿Nos olvidamos de él, o
esperamos que calme un poco la tormenta y continuamos buscándolo?...
Todo parecía dar vueltas y vueltas, parecía que nunca pararía hasta que... Arturo, el pajarito perdido, comenzó a cantar muy fuerte, pidiendo ayuda, había quedado atrapado.
De repente, apareció el pajarito montado en una rama, mirando hacia aquí y hacia allá, como buscando el mejor lugar.
- ¿Dónde lo podrá encontrar? Si no hay mejor lugar que el hogar.
Ya la
tormenta no nos asustaba, había que rescatar a Arturo, con todas mis
fuerzas trepé ese gigantesco árbol de palta y...en un chistar, ya lo
tenía a nuestro amigo en mis manos.
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