EL ARTE DE VIAJAR CON CHICOS

Ideas para planear unas vacaciones en auto. Juguetes y accesorios aliados. Cómo evitar riesgos y entretener a los más pequeños.


Hay chicos a los que les basta con tararear el “vamos de paseo” para disfrutar de los viajes en auto imaginando túneles, tocando bocina, saludando por la ventanilla. Sin embargo, al cabo de un rato, el truco decae y con él, el encantamiento de la tranquilidad en el asiento trasero. ¿Qué hacer entonces? Aguzar el ingenio -jugar verbalmente con los más chiquitos a recordar animales y colores, escuchar un CD, leerles un libro- o recurrir a artilugios más tecnológicos, a saber, un DVD portátil con películas, dibujos animados en capítulos cortos (por si el niño no está acostumbrado a fijar por mucho tiempo la vista en movimiento y así evitar algún mareo indeseado) o juguetes que se puedan fijar en los asientos delanteros sin aristas ni durezas. Es en este punto donde surge un tópico esencial para toda madre viajera en auto: la seguridad.
Aburrido o no, con o sin lágrimas, falten pocos o muchos kilómetros para llegar a destino, no es negociable sacar al bebé o al niño de su huevito, silla de seguridad o booster. Está claro que el tránsito no es un juego y por eso, hay que disponer de métodos que entretengan a los pequeños para pasar varias horas atados en el vehículo. Quizás sea bueno premiarlos con una canción que les guste o con un dulce (aún si no es pediátricamente ético) cuando logren quedarse sentados sin quejas.
De autos y bebés, opina Silvia Sola, puericultora y doula (acompañante de madres): “Hay muchos juguetes para el auto que se ajustan a la parte trasera de los asientos para conseguir que se distraigan durante un viaje -señala-. Es importante que estos juguetes sean ajustados con los mecanismos originales ya que están diseñados para no soltarse, sobre todo teniendo en cuenta que, a veces, los pequeños tiran o hacen fuerza y podrían provocarles golpes”. Y agrega otro consejo: “Llevar música divertida para los momentos en los que el bebé permanece despierto y alguna versión mas tranquila para promover el sueño, si es que no se duerme fácilmente, es buena opción. En general, el movimiento del auto funciona como un buen somnífero. De hecho, escucho muchos padres que salen a dormir a sus hijos en el auto”.
Dentro de las “medidas seguras”, está el detenerse para comer o tomar algo cada dos horas (tampoco es recomendable darles bebidas con bombillas ni chupetines en el auto), estirar las piernas y si el clima acompaña, ofrecerles media hora de esparcimiento en una plaza de pueblo o algún espacio verde al costado de la ruta.
En estas paradas, será frecuente otra circunstancia: ir al baño. Mientras se mantiene el reinado de los pañales, el problema de encontrar un baño limpio es menor. Pero no hay que minimizar la incomodidad de cambiar al bebé en el asiento del auto a falta de cambiadores adecuados en los sanitarios públicos. Una potencial solución será chequear previo al viaje las principales estaciones de servicio que se ubican sobre la ruta; y si hay sol (y temperaturas templadas), incluso colocar una manta sobre el pasto, por encima el cambiador y darle un rato de libertad panza arriba al bebé en contacto con el verde. Es bueno aprovechar estos sitios también para alimentarlo, así que nunca está de más tener un calentador abordo con enchufe de 12v para mamaderas y alimentos.
Viajar con los bebés no significa llevar a cuestas la casa como un caracol, sino saber seleccionar en bolsos cómodos los ítems clave para alimentar, asear y vestir al niño, así como también una mochila con sus juguetes ya que son pocos los hoteles que podrían proporcionar un buen kids club (y generalmente, reciben a los chicos a partir de los 3 años).
Es conveniente evaluar si vamos a pasear por lugares agrestes para comprender que lo peor que podemos llevar en ese caso es un cochecito. Aunque sea de tipo “paragüitas” y de sencillo plegado (óptimo para acomodar en el baúl del auto), es posible que si elegimos recorrer un circuito en Cataratas del Iguazú con subidas y bajadas, o pasarelas de madera como ocurre en Patagonia, lo ideal sea cargar al bebé en una mochila de trekking especial para llevarlos. No sólo será cómodo para papá y bebé sino también menos cansador para tramos largos. Si se va con cochecito, es imprescindible sumar un cobertor impermeable transparente para protegerlo de la lluvia y el frío.
Respecto de los hoteles, Sola enumera las preguntas de rigor: “Averiguar si tienen cunas, sillitas de comer, protección en las aberturas, calefacción, mosquiteros, lugar para calentar alimentos para el bebé. Incluso adaptadores para enchufes y transformadores para calentadores de mamaderas, esterilizadores, nebulizadores”. Y además, aconseja llevar sabanas propias para la cuna para conservar ese olor conocido y facilitar el sueño.
El baño no es un tema menor y más vale no hacer malabarismos bebé o niño en mano después de un día al aire libre, sino mantener el ritual de relax en la bañera. Para ello, ya se pueden adquirir bañeras plegables que se arman y desarman a piaccere. Es útil llevar su champú ya que entre los amenities raramente hay versión “para niños”, y si hay piscina en el destino, una bata que evite tener que cambiarlos cuando aún están húmedos o correr a la habitación para que no tomen frío, así ellos se relajan y las madres, también.

Por Soledad Aguado  
CLARÍN Sábado 9 de julio de 2011 ESPECIAL PARA MUJER

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