Mi abuela vive en Maracay y el sábado pasado fuimos a visitarla.
Cuando llegamos después de abrazarla y besarla corrí hacia el patio a ver las matas.
La mas pequeña estaba cargadita de mamones, y entonces le pregunte a mi abuelo:
La mas pequeña estaba cargadita de mamones, y entonces le pregunte a mi abuelo:
- ¡Donde esta la escalera?! Quiero subirme a agarrar mamones!
El la fue a buscar y me la entrego dijo:
-Ten cuidado Mariana, sube despacio no te vayas a caer.
Cuando iba subiendo los peldaños iba pensando:
- ¡Que rico! Me voy a dar una panzada de mamones, ¡me gustan muchísimo!
Subí y comencé a zumbar los mamones para abajo, mi abuelo los atajaba en una ponchera plástica.
Después de haber agarrado muchos me baje y me senté a comer.
Mi abuelo me puso una franela vieja para que no me manchara la blusa. Comí tantos que perdí la cuenta, estaban muy dulces y carnosos.
Al rato empece a sentir algo desagradable en la boca que no se como explicarlo, era en las encías, los dientes y la lengua.
Se lo comente a mi mama y ella me dijo:
- Ay te dio dentera Mariana por comer tantos mamones!!Tomate este vaso de agua y come algo dulce para que se te pase.
Ella me dio una chupeta y me la comí y así se me fue pasando!
En la tarde mi tía preparo una mermelada de mamones la cual le quedo fabulosa, ¡como para chuparse los dedos!. Yo me la comí con galleta de soda.
Ella me dio la receta para prepararla en la casa y al comer la mermelada la dentera se me fue pasando. ¡Menos mal!
Por Rosa Rodriguez Jaen. Lic en Educación Inicial- Caracas- Venezuela - 31-08-2015
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