NOCHE DE REYES A SALTOS por GUSTAVO ROLDÁN
El sapo andaba atareado y nervioso, revolviendo entre los yuyos y juntando cosas. No tenía tiempo casi ni para saludar.
-Esta noche vienen, ¿eh, don Sapo? -preguntó el coatí.
-Ay, don Sapo, no veo la hora de que lleguen -dijo la paloma.
-No sé si voy a poder dormir esta noche -dijo la iguana.
-Bah -dijo la lechuza-, ése es un sapo mentiroso. Seguro que les anduvo contando el cuento de los Reyes Magos.
-Don Sapo nos dijo que esta noche van a venir con regalos- contestaron el coatí y la paloma.
-¿Sí?- dijo la lechuza-, y también les habrá dicho que vendrán montados en camellos. ¿Me quieren explicar cómo hacen los camellos para cruzar el mar? ¿A que eso no les dijo?
-Claro que sí. Nos contó que había sido un problema, y por eso ahora vienen montados en sapos, que sí saben cruzar el mar. A saltos, claro.
-¿Y para cruzar las montañas? ¿Los sapos saben cruzar las montañas? ¿A que eso no les dijo?
-Sí nos dijo, sí nos dijo. Andan todo el día a los saltos para practicar el cruce de las montañas. Ésa es la forma de cruzarlas, a saltos.
-Bah- dijo la lechuza-, ése sapo es un mentiroso. ¡Miren si los Reyes Magos van a cambiar los camellos por sapos! ¿Alguien los ha visto montados en sapos? ¿A que eso no les dijo?
-Sí nos dijo, claro que sí. Nadie los vio porque los sapos no hacen ruido al saltar y llegan despacito cuando todos están dormidos. Los camellos hacen mucho ruido.
-Bah -dijo la lechuza-, se van a quedar con las ganas porque esta noche no va a venir nadie.
En la noche brillaba una luna redonda y blanca. El coatí, la paloma, el quirquincho y mil animales más daban vueltas sin poderse dormir. Al final, como sin darse cuenta, se durmieron más temprano que nunca. Sólo quedó despierto el canto de las ranas.
Aquel 6 de enero todos se despertaron muy temprano.
-¡Vinieron los Reyes! ¡Vinieron los Reyes!- gritaban picos y hocicos.
Al lado de cada uno había un regalo. Una pluma roja para la paloma gris. Un higo maduro para el coatí. Una flor de mburucuyá para la iguana. Y así mil cosas para los mil animales.
-¡Vinieron los Reyes! ¡Vinieron los Reyes!- gritaban todos.
¿Todos? Bueno, todos no. En un rincón, tras de un árbol caído, el sapo dormía sin que los ruidos pudiesen sacarlo de su cansancio. Había andado a saltos toda la noche, y ahora soñaba con Reyes Magos montados en sapos, y hablando en sueños decía:
-Ja, si sabrá de Reyes Magos este sapo.
EL CHINGOLO (Versión de un cuento tradicional) Gustavo Roldán
CLICK AQUÍ para leer el cuento completo
Autobiografía:
"Aspiro a escribir textos donde la cantidad de años que tenga el lector no sea más que un accidente como el verano o la lluvia o el frío."
CLICK AQUÍ para continuar leyendo
Enlaces de interés
No hay comentarios:
Publicar un comentario