Ya sea en vacaciones o en fines de semana, los chicos tienden a pasar más tiempo chateando, navegando por Internet o jugando on line. Esto podría provocarles problemas neurológicos, sedentarismo y dificultades para relacionarse con sus pares.
Ya son una postal frecuente: grupetes de chicos y chicas "embrujados" frente a una compu o con el celular siempre listo. Y ahora, en vacaciones, se los puede ver mejor instalados: con más tiempo libre para dedicarles al chat, a los mensajes de texto o a los videojuegos.
¿Eso será positivo o negativo para su desarrollo? "El avance en algunas disciplinas es un aspecto común en nuestras vidas. Pero demasiada tecnología puede causar problemas en el funcionamiento normal del cerebro", advierte Facundo Manes, director del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO). Así abre el juego a un análisis sobre cómo influyen las nuevas tecnologías en las funciones cognitivas de chicos y adolescentes, pero también de qué manera impactan en su vida social y hasta en su estado físico.
Primero conviene aclarar que la cognición, en su sentido más amplio, abarca procesos involucrados en la adquisición, retención y manipulación de datos. Es decir, es el procesamiento de información y la conducta adaptativa que depende de ese procesamiento. "Las esferas más importantes de la cognición incluyen: atención, memoria, lenguaje, percepción, funciones ejecutivas y praxis", puntualiza Manes. Justamente, todo aquello que los padres quieren que se desarrolle lo mejor posible en sus hijos.
El equilibrio, entonces, es la primera recomendación para que las nuevas tecnologías no se conviertan en hostiles. Es decir, tratar de que los chicos no sólo concentren su atención en ellas. Que compartan su tiempo con otras actividades. "Cuando tenemos que procesar demasiada información simultánea, podemos tener dificultades en su correcto procesamiento. Una probable consecuencia de un mundo con demasiada oferta de información podría ser un déficit de atención, que a su vez puede causar ansiedad, estrés y depresión", señala el neurólogo.
"También se ha sugerido que el uso de computadoras y videojuegos tienen un impacto negativo en las relaciones amistosas y familiares. El "exceso de Internet", además, fue asociado con depresión y soledad", opina Teresa Torralva, del área de Neuropsicología y Rehabilitación Cognitiva.
"Los chicos que les dedican más tiempo a la computadora y a la tevé se ven inmersos en un mundo electrónico que los aleja del mundo real, de los juegos que implican actividad física. Así aumenta el riesgo de padecer obesidad y sus problemas asociados", agrega Alicia Lischinsky, coordinadora de la Clínica de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Desde su área también se sugiere que la preferencia por los juegos on line violentos pueden aumentar la agresividad en los chicos y de alguna manera "desensibilizarlos frente al sufrimiento propio y el de los demás", según Lischinsky.
"No creo que la presencia de las nuevas tecnologías pueda, por sí misma, provocar patologías pero sí es evidente que hacen que trastornos previamente existentes tengan nuevas manifestaciones o matices. Por ejemplo: hoy los chicos pasan más tiempos viendo tele que dedicados a la lectura. Eso provoca que nenes con trastornos específicos en el aprendizaje de la lectoescritura vean empeorada su situación porque no realizan la ejercitación suficiente", comenta Esteban Vaucheret Paz, coordinador de la sección de Neuropsicología Infantil, del Hospital Italiano.
En los adolescentes, los problemas que pueden aparecer son otros: la disminución del contacto personal por el alto uso de mensajes por el celular o a través del e-mail (correo electrónico). "Y tampoco es menor la incidencia de los trastornos del sueño relacionados con hábitos inadecuados, como el uso de Internet y el chat hasta altas horas de la noche", puntualiza Vaucheret Paz.
Pero no todas son desventajas, Alicia Lischinsky, enumera algunos rasgos positivos:
"Algunos sugieren que Internet, los videojuegos y la tevé han ido evolucionando y son cada vez más demandantes cognitivamente. De ese modo exigen procesos más complejos para su comprensión. La realidad parecería indicar que tienen un lado positivo como negativo. El problema está en saber cuáles son las dosis justas", resume Torralva.
CLARÍN - Jueves | 05.01.2006 - Sociedad
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