LOS JUEGOS TRADICIONALES

Los juegos tradicionales se pueden encontrar en todas partes del mundo. Si bien habrá algunas diferencias en la forma del juego, en el diseño, en la utilización o en algún otro aspecto, la esencia del mismo permanece. Y es curioso cómo todos estos juegos se repiten en los lugares más remotos aún con la marca característica de cada lugar y cultura.

En relación al juego tradicional y su importancia Lavega escribe: "Aproximarse al juego tradicional es acercarse al folklore, a la ciencia de las tradiciones, costumbres, usos, creencias y leyendas de una región. Resulta difícil disociar el juego tradicional del comportamiento humano, el estudio del juego folklórico, de la etnografía o la etología." (Lavega Burgués, 1995)

Los mismos son de una riqueza inimaginable cuando los estudiamos en profundidad y en su relación con la cultura de cada región, el momento en el que es jugado, las personas que lo jugaban. Estas características particulares del entorno del juego dan cuenta de una serie de aspectos histórico-socio-culturales que nos ayudan a entenderlos y a entender la propia historia
y cultura de nuestros pueblos.

Dentro de los juegos tradicionales encontramos una amplia gama de modalidades lúdicas: juegos de niños y juegos de niñas, canciones de cuna, juegos de adivinación, cuentos de nunca acabar, rimas, juegos de sorteo, juguetes, etc.
Algunos de ellos son jugados más en épocas invernales, pues implican mayor movimiento físico y corporal. Otros surgen en épocas de mayor temperatura, donde naturalmente se tiende a estar en menor movimiento por el calor. Algunos de ellos a su vez están más ligados al sexo, siendo jugados exclusivamente por niños (p. ej.: bolitas, trompo, honda, etc.) o por niñas (p. ej.: la muñeca, hamaca, gallina ciega, etc.) ; y otros, más ligados a determinadas edades, como por ejemplo las canciones de cuna y el sonajero para los niños más pequeños o con reglas para niños más grandes que ya puedan comprender y respetar las mismas.

Algunas características que se repiten prácticamente en todos estos juegos:
  • Son jugados por los niños por el mismo placer de jugar.


  • Son los mismos niños quienes deciden cuándo, dónde y cómo se juegan,


  • Responden a necesidades básicas de los niños.

  • Tienen reglas de fácil comprensión, memorización y acatamiento.


  • Las reglas son negociables.


  • No requieren mucho material ni costoso.


  • Son simples de compartir.


  • Practicables en cualquier momento y lugar.


  • Promueven valores, cooperación, intercambio social, movimiento, comunicación con los demás (tanto entre niños como con los adultos mayores quienes en muchas oportunidades son los que les transmiten estos juegos)


  • El placer de Jugar x Jugar.

Pero lo más importante es que estos juegos que tanto responden a necesidades de los niños –y del hombre en general-, puedan seguir teniendo un espacio y un tiempo donde desarrollarse, rescatando así otros valores -intrínsecos a los juegos tradicionales- , que de otra manera, corren el riesgo de perderse.





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