LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS EN LOS JARDINES DE INFANTES


“Contribuir a la alfabetización científica desde los primeros años de vida,  es permitir al niño 
interesarse en, e indagar sobre, distintos aspectos del mundo que le rodea y  poder tomar 
decisiones, y de aproximar conclusiones basadas en razonamientos válidos…”  
 El Monitor

Válido sería pensar sobre el reconocimiento que  otorgamos a las ciencias como contenido de enseñanza,  y mirar hacia el interior de nuestras prácticas para preguntarnos por ejemplo:
 -¿Con qué frecuencia incorporamos en nuestras propuestas didácticas el estudio del ambiente a partir de hechos, fenómenos, situaciones?
 -¿Ofrecemos a nuestros alumnos la posibilidad de aprender a observar ante los mismos?
 -¿Generamos un clima de seguridad y confianza que  habilite a los niños a realizar preguntas, a conversar  sobre hechos, fenómenos, situaciones de vida?
-¿Cómo indagamos y trabajamos las ideas previas de los chicos respecto al conocimiento que tienen sobre la realidad?
 -¿Respetamos distintos modos de interpretación y /o resolución de problemas que realicen los niños frente a distintos desafíos con relación al conocimiento de hechos, fenómenos, situaciones del ambiente?
-¿Utilizamos estrategias de enseñanza que posicionen a los niños como reales protagonistas de la construcción de conocimientos?
No se trata de preparar pequeños científicos ni futuros técnicos, sino de formar ciudadanos activos e informados que cuenten con herramientas que les permitan indagar sobre distintos aspectos del mundo que los rodea y así tomar decisiones  y asumir posturas sobre  aquello  que afecta la calidad de vida y el futuro de la sociedad.
  A partir de situaciones problematizadoras, rescatando los saberes previos de los niños y utilizando distintas estructuras didácticas (Unidades Didácticas, Proyectos o Secuencias Didácticas Específicas), el docente  tiene a su cargo la responsabilidad de instalar sistemáticamente en la cotidianeidad de la vida de los jardines la enseñanza de las ciencias.
 Esto supone además, el compromiso de  conocer cómo es el ambiente en el que transcurre la vida de los alumnos, considerando que conforman parte de su realidad temas que no son cercanos en el tiempo, ni en el espacio -como por ejemplo, los dinosaurios, animales de la selva, noticias deportivas que dan cuenta de lugares distantes, entre otros. En este sentido será importante conocer qué es cercano o lejano para los mismos en función de posibilitar que organicen, enriquezcan y amplíen sus conocimientos acerca del ambiente natural y social, acercándoles la posibilidad de conocer contextos desconocidos.
 También, es necesario destacar que en función de los principios didácticos que sustentan el accionar del nivel, es  necesario  articular la indagación del ambiente con el juego dramático y el de construcción,procurando que las actividades sean significativas.
 De esta manera, será posible hacer realidad las siguientes consideraciones:
- Que la pregunta es una forma de pensamiento que permite al niño ampliar su  visión del mundo.
- Que las preguntas materializan la curiosidad. Por lo tanto lo mejor que se puede hacer didácticamente por un niño, es enseñarle a preguntar.
- Que la enseñanza como interacción social ocurre cuando educando y educador “comparten significados” con cuanto sucede en el mundo, con las ideas propias sobre lo que sucede en el mundo, y con lo que señalan los materiales educativos sobre los hechos que suceden en el mundo.
- Que los niños son sujetos sociales de derecho a recibir educación de calidad que les permita  su inserción responsable en el “ecosistema” en el que vive.

Los niños y los bichos

¿Sabría el niño diferenciar distintos tipos de insectos de otros bichos y saber cuál pertenece a la familia de los insectos? Es frecuente que los niños confundan muchos bichos que encontramos en los jardines o en los parques como las arañas, los ciempiés, las garrapatas, o los milpiés con insectos, cuando no lo son. Lo curioso es que todos son artrópodos, pero no todos los artrópodos son insectos.

Los insectos son seres sorprendentes a los que les ocurre un sinfín de curiosidades que llaman la atención de los pequeños y hasta de los adultos. Por eso podemos aprovechar para jugar con los niños y que sientan más curiosidad sobre estos diminutos seres.

Curiosidades que los niños pueden aprender de los insectos

• Los saltamontes pueden saltar hasta 40 veces la longitud de su cuerpo.
• Las hormigas pueden levantar hasta 100 veces el peso de su propio cuerpo.
• Sólo las abejas de miel y los abejorros viven juntos en colonias. La mayoría de las abejas viven de forma independiente y algunas en agujeros en el suelo.
• ¡Algunos insectos sirven de alimento para algunas plantas! Los capturan y los disuelven obteniendo su jugo, así les proporcionan el nitrógeno que no pueden coger de la tierra porque su entorno carece de él.
• También son el alimento de muchos tipos de animales como los pájaros, peces, reptiles, anfibios y, si no existieran, éstos podrían morir de hambre.
• Los insectos son recicladores natos y su misión es mantener el planeta limpio, pues reciclan y recolectan hojas, animales muertos, estiércol, troncos de árbol, etc.
• La mayoría de los escarabajos pueden volar, sin embargo, los escarabajos de tierra que son los más conocidos han perdido esta capacidad, por lo que para compensarla caminan muy rápido.
• La polilla más grande del mundo es la polilla Atlas que vive en la India y mide hasta 30 cm con las alas extendidas, lo que puede llevar a confundirla con una mariposa.
• Las orugas mudan su piel 4 o 5 veces antes de convertirse en crisálidas.
• Todas las avispas mueren en invierno, salvo las reinas que hibernan hasta la primavera siguiente en la que comienzan de nuevo a poner huevos.
Gracias a la variedad y cantidad de ejemplares de insectos que existen éstos pueden ser utilizados para introducir a los niños en el mundo de las ciencias naturales. Los niños quedan realmente cautivados por los insectos, ¡seguramente ya te habrás dado cuenta!, así que es fácil encauzar este entusiasmo para estimular su aprendizaje. Como padre o madre puedes ayudarles a desarrollar una actitud favorable hacia los insectos, después de todo ya hemos visto que no son malos.


Actividades educativas que se pueden practicar con los insectos

Combinar la observación de los insectos con otras actividades como colorearlos, fotografiarlos, leer libros sobre bichos, hacer manualidades, aprender sobre el medio ambiente y algo sobre su origen, historia y evolución, es otra forma de jugar para aprender algo nuevo. A continuación os proponemos varias actividades para realizar con los niños de 4 a 7 años de edad:

De 4 a 7 años
• Construir insectos con papel maché (mariposa, mariquita, abeja).
• Hacer insectos con pompones de colores y decorarlos con cartulinas.
• Hacer un álbum de recortes, con fotos de los insectos y escribir sus características, cómo viven y se alimentan, curiosidades... ¡cuando termine se lo sabrá todo!
• Hacer un álbum abecedario. En cada hoja una letra, con el nombre del insecto y un dibujo del mismo, puedes aprovechar la cantidad de modelos que hay en Internet para colorearlos, recortarlos y pegarlos.
• Hacer varias tarjetas de felicitación de insectos, que puede regalar a sus hermanos, padres o familiares en santos y cumpleaños, o a sus amiguitos de colegio cuando vaya a una fiesta.
• Dar un paseo por el campo o el parque identificando los insectos e imitando qué ruido es el que hacen.
• Tener un insecto en casa como mascota durante un par de semanas o un mes y liberarlo al final de este tiempo en el parque.
Los insectos más comunes como las mariposas, escarabajos, mariposas, polillas, hormigas, abejas, moscas, saltamontes, grillos y mariquitas, son excelentes modelos para hacerles fotos, tomar notas, dibujarlos y colorearlos. También para criar en casa una pequeña familia de ellos, leer sobre los bichos y salir al aire libre a observarlos ayuda a los niños a amar la naturaleza y a observar una parte importante de seres que habitan junto a nosotros en la Tierra.

Actividades para pequeños jardineros
Las actividades relacionadas con la jardinería siempre resultan muy divertidas para los niños. Cuando les decimos que corten en tiritas la piel de los plátanos, o cuando se ensucian sus manos con la tierra, les estamos abriendo los ojos y despertando su curiosidad respecto a la naturaleza y el medioambiente.
Por eso,  proponemos varias actividades educativas para hacer en casa con los niños.

Criar gusanos

Material necesario:
• Sobras de comida para hacer el abono (pieles de manzana, pera, plátano, corteza de pan, etc.).
• Papel de periódico.
• Tijeras con punta redonda o cuchillos de mantequilla.
• Gusano rojo o lombrices (unas 5 ó 6).
• Tierra.
• Estiércol seco

Cómo hacerlo:

• Con las tijeras o el cuchillo se cortan las sobras de comida en trozos pequeños de 1 cm aproximadamente. Se pueden utilizar varias cajitas de plástico, un envase del tamaño de una caja de zapatos o una caja (la medida ideal es de 60x30x20 cm).
• Hacer varios agujeros de unos 6 mm en la tapa (4-6 agujeros).
• Colocar en la base de la caja un trozo de tela de fibra de coco o del papel de los filtros de aire que se ponen en los extractores de humo de las cocinas. Esta fibra se colocará sobre 1 cm de la base para que cualquier exceso de humedad quede por debajo de la tela.
• Cortar tiras de papel de periódico creando una capa de unos 5 cm.
• Echar unos 3 cm de tierra de jardín.
• Añadir 2 cucharadas estiércol seco.
• Esparcir un puñado de sobras de comida y echar las lombrices.
• Volver a echar otros 2,5 cm de tierra y regar con agua cuidadosamente.
• Tapar la caja y ponerlo en un lugar fresco, con poca luz.
Cuidados:
Cada dos o tres días se debe añadir un poco de comida, escarbando un poco para introducirla, cubriéndola de nuevo con la tierra y unas tiras de papel. No se debe echar mucha comida porque si no los gusanos se podrían empachar y generar lo que se llama la mosca de la fruta. Cada semana hay que vigilar cómo va el proceso de descomposición y cómo va aumentando la población de gusanos.
El abono resultante será oscuro y suelto. Al sacarlo podrás sacar más gusanos, que puedes llevar al campo o poner a trabajar en el jardín o en las macetas de casa.

Crear abono para plantar tus semillas

Material necesario:
• Sobras de comida (pieles de manzana, pera, plátano, corteza de pan, etc.).
• Papel de periódico.
• Hojas secas, césped cortado,
• Compost enriquecido con nitrógeno.
• Tierra.
• Bolsa de congelación de 1 litro de capacidad.

Cómo hacerlo:

• Cortar todos los materiales en trozos pequeños.
• Rellenar la bolsa con una mezcla de los ingredientes secos, tierra, restos de comida, el compost y un par de cucharadas de agua.
• Mezclar amasando todos los ingredientes dentro de la bolsa y cerrarla.

Cuidados:

• Cada día los niños deben remover la bolsa cerrada para mezclar los ingredientes y abrirla durante 6 horas para que le entre oxígeno.
• Volver a cerrar la bolsa.
El proceso se habrá terminado después de 4 - 6 semanas y el abono resultante podrá ser utilizado para que el niño plante sus macetas y observe cómo crecen sus propias plantas, dando lugar a otra actividad.


Hacer tierra

Material necesario:
• Tierra de jardín o del parque (procedente de plantas).
• Lupa.
• Folios.
• Gráfico con la composición de la tierra (normalmente suele ser: 50% de minerales, 20% de aire, 20% de agua, 5-10% materia orgánica).
• Envase de plástico del tamaño de una caja de zapatos.
• Pequeños envases con arena, piedras pequeñas, hojas, paja, cortezas, turba y césped cortado (cortados en trozos pequeños).

Cómo hacerlo:

• El objetivo es que los niños analicen la tierra que ya está hecha observándola con una lupa, con la tierra que van a hacer ellos, y hablar sobre las diferencias que observen.
• Para hacer la tierra, deben mezclar los ingredientes y mezclarlos en el envase que les hemos proporcionado.
• La nueva mezcla la pueden utilizar en su jardín o llevándola al parque.

FUENTE
: Circulares 2011http://www.educaciontuc.gov.ar


Publicado por Viviana Paglino en MIS PROYECTOS.

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