EL ESPACIO LÚDICO UNE A LAS DISTINTAS GENERACIONES


Es una forma de comunicarse y facilita la transmisión de valores culturales

Juegos  El espacio lúdico une a las distintas generaciones

Nos felicitamos si nuestro hijo de 3 años maneja el mouse de la computadora o nos preguntamos cómo puede aburrirse el de 10, si tiene la agenda completa. Pero lo que a veces se pasa por alto son las carencias, que demuestran a niños con espacios ausentes de sentido social y lúdico.
Todos los chicos necesitan jugar, para comunicarse, desarrollarse y aprender. Mediante el juego, crean vínculos, simbolizan el mundo que los rodea, potencian capacidades, tienen espacio y tiempo para elegir, compartir y expresarse libremente.
El juego es la forma de comunicación más genuina del hombre. "Cuando jugamos, nos volvemos altamente perceptivos, comprometidos, participativos, trabajamos en equipo sin perder la singularidad. El juego nos incita a crear y a manejar nuestra libertad, a pensar con el otro, a reflexionar y transformar realidades", explica Beatriz Caba, presidenta de la Asociación Internacional por el Derecho del Niño a Jugar (IPA).
Una forma de diálogo
Al entrar en la juguetería Recursos Infantiles, se advierte una mirada diferente hacia la infancia: chicos que tocan y experimentan con todo, que se asombran con un trompo, se concentran ante el desafío del rompecabezas o se sorprenden con un títere artesanal.
La coordinadora de la juguetería, Claudia Laham, la define como una tienda cultural, ya que el juguete está considerado un transmisor de cultura. "Un juguete artesanal, en realidad; lo que está reflejando es quién hace ese juguete, dónde lo hace, con qué materiales."
Recursos Infantiles es un microemprendimiento social de más de 75 diseñadores, realizadores y recuperadores de juguetes. "Pensamos que la carga imaginativa tiene que estar puesta en el juego y no en el juguete. No pensamos en un juguete creativo, sino en uno con el que el niño pueda ser creador por medio del contacto con él."
El juego es un disparador de la comunicación entre padres, abuelos e hijos, hace posible la transmisión de valores y tradiciones culturales, facilita la alfabetización emocional y da significado a las relaciones sin importar diferencias de edad o capacidades. En el espacio lúdico, padres, abuelos e hijos se conocen y crean lazos afectivos profundos.
Olvidarnos de nuestra edad para encontrarnos con ese niño interno que una vez fuimos es la receta para conectarnos con nuestro hijo en su jugar.
"Si el objeto es un juego de computadora, es probable que el adulto no tenga la posibilidad de enseñar, porque es el niño el que posee mayor habilidad en esa actividad. En cambio, cuando se trata de unos zancos o de un dominó, es muy probable que el papá o el abuelo puedan decir que ellos jugaban con eso y les puedan enseñar a los chicos cómo lo hacían. Es una forma de proponer un diálogo. Y esto hace a la actividad lúdica y al desarrollo de una infancia distinta", explica Claudia Laham.
Disminuir las diferencias
Hoy el juego está muy olvidado en todos los sectores sociales. En los chicos necesitados, porque tienen que salir a trabajar tempranamente y asumir roles de adultos, y en los de clase media, porque están llenos de actividades extraescolares y suelen ser consumidores de cibers y televisión.
En el E.L.E (Espacio Lúdico Exploratorio)  ofrecemos una gran variedad de actividades, en donde los niños aprenderán divirtiéndose, jugarán de forma más espontánea en los distintos rincones de juego equipados con diversos tipos de materiales adaptados a las caraterísticas de las diferentes edades. En el mismo  "Se promueve el desarrollo del juego por el placer de jugar en sí mismo. Si bien consideramos que es una herramienta fabulosa que los distintos profesionales pueden utilizar para crear estrategias didácticas o terapéuticas, lo que tratamos de hacer desde Juegos eran los de antes es sacarle todo fin que no sea el jugar en sí mismo",  explica Betina Capace, directora general de Juegos eran los de antes.
Un chico que no juega muestra problemas y uno que juega con poca creatividad tiene menos posibilidades de desarrollo. "En nuestro programa, invitamos a la familia a que venga con su hijo, promovemos la comunicación. Que la mamá y el papá puedan ver en su hijo, más allá de su patología, las capacidades que tiene y que también ellos se descubran como padres. Nosotros intentamos recuperar la historia del juego familiar, que el chico se conecte jugando con la madre y se fortalezca el vínculo entre padres, hijos y hermanos", concluye Bernardi.
No importa si las obligaciones y los trabajos nos ocupan el día, siempre que reservemos un momento para convertirnos, aunque sea por un rato, en princesas, piratas o contadores de historias.
Florencia Saguier 
LA NACIÓN | Sábado 22 de mayo de 2004 | Publicado en edición impresa




1 comentario:

Patagonia Handmade Dolls dijo...

Muy bueno, muy cierto!

Patagonia Handmade Dolls . Arte en Muñecas